sábado, 9 de abril de 2011

Ensayo sobre los problemas actuales y perspectivas de la educación Superior en México


ELABORADO POR PEDRO MORÁN ROSAS.



Coacalco, Estado de México a 18 de mayo de 2002.
Hablar de la educación actual nos induce a contemplar los escenarios sociales, económicos y políticos que alrededor de la producción se han generado, ya que es un hecho que educación y sociedad van de la mano. Las sociedades de todos lo tiempos siempre han pugnado porque los miembros que en ella intervienen sean útiles a la sociedad; que solucionen los problemas que los aquejan, que contribuyan a facilitar el trabajo que se realiza, que sean productivos y ayuden a la satisfacción de sus necesidades. Por tanto cuando, por ejemplo; el hombre primitivo adiestraba a sus hijos en las tareas de la recolección, caza y pesca, lo hacían con la intención de que hubiera alimento suficiente para todos y de que todos participaran en esa labor. Sin embargo el aumento de la población, la adoración a los dioses, el descubrimiento de la agricultura, etc, fueron factores que diversificaron las actividades y generaron la necesidad de que los miembros de la comunidad se especializaran en las diferentes actividades que imponían las transformaciones de la sociedad primitiva, de tal manera que, conforme se fueron creando sistemas más complejos, los hombres tuvieron la necesidad de que sus hijos pudieran enfrentar los nuevos retos que generaba el desarrollo societario.

Bajo esta perspectiva se fueron perfeccionando prácticas hasta que el hombre del siglo XVIII consolidó el paso de la producción artesanal  a la industrial, lo que contrajo diversos problemas que se requería solucionar en términos del manejo de máquinas, su reparación y mantenimiento, lo que modifico de manera dramática, a su vez, los procesos educativos, pues si bien en el inicio de la civilización el adiestramiento era suficiente para insertar a los nuevos miembros de la sociedad a la producción y resolución de necesidades, este adiestramiento no permitía la formación de individuos que se insertaran en áreas hasta entonces desconocidas, como el papeleo y la organización administrativa de la producción, la competencia de precios, la búsqueda de mercados, en suma el conocimiento de la participación en un espacio industrializado, lo que en el área educativa generó, a su vez la búsqueda de cambios en el proceso educativo.

En otras palabras el proceso educativo se subsumió al proceso social con orientaciones de adiestramiento, capacitación y entrenamiento, mismos que enajenaron la acción de los docentes, en el sentido de impactar a sus alumnos de acuerdo a las necesidades de una generación adulta que “olvido” las necesidades de la generación joven , ya que la educación se orientaba a solucionar los problemas que esa generación adulta había detectado cuando era joven, lo que generó un desfase entre lo que se enseñaba y lo que la sociedad joven identificaba como necesidad en su inserción social. Bajo este contexto los cambios sociales y sus crisis político-sociales, que estos provocaron, permearon la práctica educativa de una cosmovisión reduccionista, parcelaria por las necesidades inmediatas de cada sociedad. A pesar de que los acontecimientos de otros sitios del planeta los afectaron, esta afectación tardaba tanto tiempo en llegar que les era difícil enlazar y comprender los cambios regionales como inmersos en un cambio mundial[1]. La visión reduccionista en la educación no solo se vio influida  por la lentitud de los cambios sociales, sino además, por la concepción adulta que orientaba hacia un determinado tipo de formación que no respondía a las necesidades del presente (los jóvenes).

No es sino a fines del siglo XX cuando esta brecha generacional se intenta comprender en el ámbito de la educación y se vincula con una realidad inmersa en cambios drásticos, que fueron de; la consola al disco compacto, de la máquina de escribir a la computadora, de la comunicación de cable a la satelital. En otras palabras los adelantos tecnológicos contraen la idea de disminuir la brecha generacional, por los cambios tan vertiginosos que la sociedad moderna intenta enfrentar con los mismo mecanismos formativos tradicionales, que poco o nada se vinculan con el ritmo de avance científico-tecnológico, de pensar en las necesidades de los jóvenes en el espacio educativo, en una educación que se adelante a las necesidades de la sociedad joven. Pero no se trata de adivinar el futuro, sino de un acto de previsión, como se indica en el portal del ANUIES: “La construcción de escenarios no intenta adivinar el futuro; invita a un análisis inteligente de lo que pueden significar en el futuro las acciones que hagamos o dejemos de hacer dentro del marco y los contextos en que actuamos”[2]. Es decir contemplar los factores que posiblemente incidirán en nuestra región alrededor de la resolución de necesidades y el progreso social que esperamos.

El proceso educativo, bajo este marco referencial, debe de considerarse como un espacio en el cual, el actual docente, debe de convertirse en un diseñador que considere la forma en que un suceso acaecido en otro lugar del planeta nos afectará a corto, mediano y largo plazo. Esto debido a que los adelantos tecnológicos son tan rápidos y tan drásticos en las esferas de la vida, que sus organizaciones se ven impactadas en sus necesidades y exigencias cotidianas. Y aquí ya no sólo se habla de las necesidades que surgen sino de las diferencias sociales que esto trae aparejado, puesto que grandes grupos poblacionales se ven marginados a los beneficios del cambio y los grupos minoritarios oligárquicos reciben más beneficios de los necesarios. Contrayendo esta situación que a nivel mundial se reproduzca la misma situación. Con este marco de referencia la UNESCO presenta como reto “disminuir la brecha existente entre los países pobres y ricos, disminución que exige de una nueva distribución del conocimiento a nivel mundial”[3]. Reto que en el ámbito educativo se circunscribe a la reflexión de la labor docente en el nivel educativo superior.

Según la UNESCO el espacio educativo que puede incidir en el cambio de las condiciones macrosociales actuales es el que esta dirigido a la formación de profesionistas, como lo indica la ANUIES: “Las instituciones de nivel superior no deberán concebirse más en una perspectiva de educación terminal, ni restringir su misión educativa al otorgamiento de títulos y grados. Ellas están llamadas a desempeñar un papel estratégico para la actualización de los conocimientos de los hombres y mujeres, sea con propósitos de actualización profesional y técnica, o bien por el simple deseo de acceso a nuevos saberes”[4]. De tal manera que los profesionistas formados bajo esta concepción educativa deberán de enfrentar las necesidades sociales con un acervo cultural orientado a los conocimientos[5].

Sin embargo es en este punto en donde se requiere de más reflexión, puesto que la educación mexicana actual, y la de muchos países, esta orientada al desarrollo de habilidades, pero con un rumbo tal que los estudiantes incluso se están apropiando del discurso pedagógico que los docentes emplean al referirse a los cambios que debiera tener el proceso educativo, y ya se les escucha decir que desean ser educados bajo una orientación constructivista, aunque no tengan idea de lo que significa ni implica esto, incluso una gran parte de los docentes del nivel superior que manejan también este discurso desconocen en que consiste la propuesta, y los que la conocen no encuentran los espacios democráticos que tal práctica requiere para su instrumentación. Por tanto uno de los retos al que nos enfrentamos los que nos dedicamos a la educación, y sobre todo a la superior, es el de generar espacios en que las propuestas sean escuchadas y tengan seguimiento, ya que en la reflexión y la crítica al quehacer docente, se debe de contemplar que en los procesos de adquisición de conocimientos y tratamiento de la información, se requiere de compromiso y responsabilidad en el acto de enseñar, pero sobre todo ante el acto de aprender. De tal manera que ante la gran masa de estudiantes que egresan de las escuelas de Educación Básica y Media Superior con carencias teórico-metodológicas se tenga que partir de procesos elementales, en lugar de la instrumentación del modelo educativo que nos pueda dar la oportunidad de establecer un vínculo entre las habilidades y el conocimiento.

            Por todo lo anterior se puede establecer que es necesario desarrollar estrategias didácticas que permitan vincular lo que ocurre extramuros y al interior del aula, que permita resolver el problema de determinar que habilidades debe de adquirir un estudiante en su paso por las instituciones educativas. Es decir, en la escuela se deben de revalorar que es lo que se espera que el alumno logre hacer, saber, conocer en su interacción con los demás.





[1] Tomemos como ejemplo la Ilustración, ya que las ideas que se generaron en el siglo XV por pensadores como Locke, Rousseau, Montesquieu, etc,  no se cristalizaron sino hasta el siglo XIX con las consabidas independencias de E.U primero, Francia y Las colonias de América después, consolidándose con el liberalismo social, con la inevitable caída del régimen monárquico.
[2] Primer capitulo del texto en línea de ANUIES (1998) “La Educación Superior en el S. XXI: líneas estratégicas de desarrollo”. http://web.anuies.mx/21/1.html


[3] Primer capitulo del texto en línea de ANUIES (1998) “La Educación Superior en el S. XXI: líneas estratégicas de desarrollo”.
[4] Primer capitulo del texto en línea de ANUIES (1998) “La Educación Superior en el S. XXI: líneas estratégicas de desarrollo”. 1.1.2. La sociedad del conocimiento.
[5] Como lo expresa Jamil Salmi en su texto “La educación superior en un punto dicisivo”. Tintero profesional No. 11, Universidad Iberoamericana, México, 2001. pág: 8. “Hoy día, el desarrollo económico es tanto un proceso de acumulación de conocimientos, como de acumulación de capital. Se estima que compañías dedican un tercio de sus inversiones a intangibles basadas en conocimientos, como entrenamiento, investigación y desarrollo, patente, licencias, diseño y mercadotecnia.”

2 comentarios:

  1. Lo felicito por crear este espacio, en el cual tanto el alumno como los docentes se vean involucrados en este.
    Me parecio interesante el tema de la metodolgia de la enseñanza ya que usted menciona que una alternativa es el generar preofesores capaces de crear estrategias de acuerdo a las necesidades del grupo y del maestro siempre y cuando cumpliendo con sus respectivos objetivos (programas) que tienen las instituciones para la materia y el maestro.
    Aqui le dejo mi comentario, y espero que siga inviertiendo su tiempo en temas como estos y que le vaya bien en lo que quiera realizar, de antemano un saludo y de nuevo felicidades por su blog.

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